Event Type : Monográfico

Sábado 21 de septiembre
De 11:00h. a 14:00 h.

En La Granja de San Ildefonso

Contemplar en el cine o en la literatura los muchos excesos y aberraciones de la sórdida corte barroca de Versailles incita a justificar, de modo igualmente aberrante, que semejantes fantoches degenerados acabaran un siglo después pasando en fila india por el lóbrego silbido de la guillotina. Lo cierto es que desde su construcción, Versailles, con su flamante palacio y jardines, se convirtió en el indigno escenario de la mayor oda a la vanidad, al hedonismo, al exceso y a la degradación moral que ninguna corte europea ha podido exhibir con mayor descaro. Eso sí, todo bien refinado y aderezado con el chisposo ingenio de Molière, las exquisitas pinturas de Le Brun, los sublimes minuetos de Lully o las extraodinarias puestas en escena y banquetes al puro estilo del mítico François Vatel. Un mundo irreal y estrafalario, peligroso, seductor, corrupto, infame, en el marco de una propuesta arquitectónica tan teatral como hermosa, donde lo cursi y lo monumental, conviven complacientes.

Sábado 5 de octubre
De 11:00 h. a 14:00 h.

En el Espacio Ronda

22 de junio de 1633. Iglesia de Santa María sopra Minerva, Roma, a escasos metros del Panteón. Ante el tribunal de la Santísima Inquisición el científico Galileo Galilei abjura públicamente de sus conclusiones sobre el supuesto movimiento del planeta Tierra alrededor del Sol. Pese a todo, la sentencia es dictada: el pisano se salva de la muerte pero es condenado a un arresto domiciliario perpetuo. Las malas leguas aseguran que al acabar el proceso, el anciano de casi setenta años, masculla con resquemor: Eppur si muove  (“y, sin embargo, se mueve”). Para ese momento, Galileo Galilei era una eminencia científica conocida en toda Europa: había perfeccionado el telescopio, observado los cráteres lunares, las cuatro lunas de Júpiter y las manchas del sol. Había enmendado la plana a Aristóteles sobre la caída libre de los cuerpos, diseñado una bomba de agua, un termoscopio, un pulsómetro, perfeccionado el sistema heliocéntrico, estudiado el funcionamiento de los imanes, redefinido el sistema científico…

Nadie sabe si pronunció realmente la famosa frase. El siglo XIX es experto en reinventar la historia. Pero si no la dijo, sin duda, la pensó. Por un sencillo motivo: era verdad. Y él, como hombre de ciencia, había sabido llegar a esa verdad. ¿Qué hacer entonces con las creencias, que presuponen la verdad excluyendo la razón?, ¿Qué hacer, si el ser humano necesita creer lo que no comprende? ¿Realmente hemos resuelto ya este conflicto?

Sábado 19 de octubre
De 11:00 h. a 14:00 h.

En el Espacio Ronda

Robamos sin pudor el insuperable título de Octavio Paz para su celebrado ensayo sobre la vida de Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, universalmente conocida como sor Juana Inés de la Cruz, una de las más altas representantes de la poesía y el teatro en la Nueva España del barroco. Muy influidos por las enseñanzas y reflexiones del gran Premio Nobel en su texto admirable, nos embarcamos en la aproximación a esta mujer fascinante, provocadora, audaz, cultísima y por encima de todo, extraordinariamente inteligente, cuyo autógrafo rezaba: “Yo, la peor”. Sor Juana seduce, lucha y convence con su pluma. Su famoso …

“Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis”

no es más que punta del iceberg de una obra ingente y lúcida, más humanista que feminista, profunda, ingeniosa, a veces divertida, sonrojante… Otras veces la mexicana trasluce una profundidad espiritual y un dolor arrebatador. Tan rotunda. Tan barroca… Porque en esta monja jerónima con arrestos se confirma que el gran siglo de Oro también lo fue del otro lado del océano.

Sábado 16 de noviembre
De 11:00 h. a 14:00 h.

En La Granja de San Ildefonso

Dicen que se inventó el “ballet”. Dicen que lo practicaba y que estaba enamorado de sus propias piernas, que siempre intentaba que fueran inmortalizadas en los cuadros oficiales. Dicen que ostentó el poder absoluto de Francia durante más de 72 años; que un estado norteamericano, a día de hoy, lleva su nombre; que sus apetitos, en todos los sentidos, eran insaciables; que casado con una española, destruyó el Imperio Español; que gustaba de aparecer en público disfrazado de Apolo, de Marte o del mismo Sol; que concedía audiencias desde su retrete y que, acomplejado por su pequeña estatura, siempre calzaba zapatos de enorme tacón, engastados de piedras preciosas. Dicen que dijo: “El Estado SOY YO”.

Dicen estas cosas, y muchas más… Acerquémonos a la biografía de Luis XIV para conocer el mito que él se afanó en crear, en el ejercicio de propaganda monárquica más delirante y divertido de la historia, de un colosal político que redefinió en su siglo las reglas del gran juego europeo.

Sábado 14 de diciembre
De 11:00 h. a 14:00 h.

En el Espacio Ronda

«Huyo para encontrar un nuevo hogar. Que no digan que soy un criminal. Soy un hombre que busca ayuda, un artista que busca misericordia»…

Estas son palabras de Michelangelo Merisi, al que todos conocemos como Caravaggio, poco tiempo antes morir proscrito de su amada Roma, sin haber cumplido los 40 años, solo, enfermo y fracasado. Y sí: posiblemente fue un delincuente, un criminal, un asesino. Violento desde su juventud, turbio y pendenciero, toda su vida se vio envuelta en polémicas, en peleas, vendettas, traiciones, estafas, ajustes de cuentas… Frecuentaba tabernas y prostíbulos, pero también palacios y salones; vivía con atropello, pero pintaba con virtuosismo y exquisitez; fue un hombre condenado a muerte, pero su inmortalidad en el arte es indiscutible: ningún pintor encarna mejor el barroco de Caravaggio. Su influencia en la historia de la pintura lo convierte en uno de los más grandes genios. Caravaggio es como su obra: destellos de vívida luz, inmersos en la más tenebrosa tiniebla.